jueves, 12 de junio de 2008

Fantasía

De repente...el mundo que parece sumergido en la nada sale a flote y brilla…

Mi corazón se siente pesado cuando pienso en él…no puedo soportar las ganas de verle, apenas Gackt me llama diciendo que Sakura ha pagado por pasar la noche conmigo me es imposible esconder la sonrisa que se forma en mi cara.

Aun cuando estoy trabajando para mis otros clientes, solo puedo pensar en que llegue el momento de ver de nuevo a Sakura.

Las cosas cambiaron bastante, aunque nos vemos en el mismo cuarto de hotel para dormir abrazados, en cuanto llego Sakura me lleva a pasear. Hemos recorrido las calles de Tokio tomados de la mano como un par de fugitivos y escapamos de todo, escondiéndonos en oscuros bares y cafeterías.

Subimos a su descapotable y maneja hasta el silencio donde contamos las estrellas, a veces simplemente hablamos espalda contra espalda sentados en la alfombra de la habitación.

Cada momento y cada detalle se queda grabado a fuego en el corazón…no como las caricias que luego de estar bajo la lluvia pueden ser borradas de la piel, su mirada, la tibieza de sus manos, sus palabras, y acciones son cosas que si algún día me provocan el llanto o la alegría serán como heridas de amor…siempre indelebles.

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