viernes, 23 de mayo de 2008

Flor de Cerezo

Algunas personas dicen que no existen las casualidades, que todo estaba predestinado a suceder. No lo se.

Ken volvió de su viaje de negocios y me buscó. Lo acompañé a esa fiesta de la que me había hablado, pienso que Ken siendo atractivo y al mismo tiempo simpático no tiene la necesidad de un scort, se lo hice saber y se rió. “Hyde, tienes razón, sin embargo estoy seguro que ningún otro chico me hará pasar un momento tan agradable como tú, casi puedo jurar que nadie tiene tanta habilidad en la lengua para un buen sexo oral como el tuyo” Él siempre tiene esas frases tontas que causan gracia.

Cuando llegamos a la Mansión, Ken me paseó por todo el salón principal como si fuese yo un trofeo, sentía las miradas recorrerme, me presentó a su jefe diciéndole que era “su novio” luego me miró serio para terminar diciendo “No mentira, es el tipo con el que me acuesto al final de la noche” Al menos es sincero.

Esas fiestas de gente rica a veces me aburren.

Luego de la cena, Ken me acariciaba la pierna bajo la mesa mientras decía cosas picaras a mi oído cuando un amigo de él se acercó.

No se cuanto tiempo le miré, quizás desde que llegó a la mesa le clave la mirada y no pudo apartarla hasta que no abandoné el salón. Sentía que le conocía de algún lado, que lo había visto en sueños. Dijo llamarse “Sakura”.

Es la primera vez que me pasa esto, ver a alguien y sentir una conexión inmediata con esa persona que ni conozco, pero fue así con Sakura me quedé prendado a su mirada tierna y los labios relajados en una mueca tranquila. Para mi fue un encuentro especial, quizás para él simplemente fui la puta de Ken.

Hasta que salimos del salón listos para ir al Hotel, noté un pequeño detalle que estaba siempre al lado de Sakura: su prometida.

No me importó el detalle porque aun cuando Ken entraba en mí seguía pensando en su amigo, antes de dormir le volví a recordar y mientras escribo esto me parece inolvidable. Será que…¿nos conocimos en otra vida, Sakura-san?

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