viernes, 23 de mayo de 2008

Promesa

Él dijo que cuando yo fuera el número 1, lo haríamos de nuevo. Cumplió su promesa. Esa noche canceló mi cita con el presidente de una compañía y me llevó a cenar.

Para mi igual fue como otro día común y corriente de trabajo.

Gackt habló toda la cena, me miraba a través de la llama de las velas encendidas sonriendo casualmente. Sus temas son interesantes. Acariciaba mi mano por sobre la mesa. Debo decir que a pesar del tipo de negocio que dirige Camui y su tipo de vida, conmigo es un buen tipo.

Es amable, atento, no suele regañarme como a otros, y aunque es un lascivo se toma sus consideraciones conmigo.

Tras la cena fuimos al mismo hotel de la primera vez. Ya no sentía miedo o ansiedad, es como si mi cuerpo ya estuviese acostumbrado a lo que vendría.

Pude incluso disfrutar de la belleza de la habitación, sus paredes, pisos de mármol, pinturas y demás adornos.

“Ahora, demuéstrame porque dicen que eres el mejor…” dijo sonriendo mientras comenzaba a quitarse la corbata. Caminé hacia él con movimientos lentos y cadenciosos, cual gato en celo, y me hinqué frente a él tomándole la cadera con ambas manos, los dientes de acercaron a la cremallera de su pantalón, bajé el cierre despacio y luego con los dedos le desabotoné. Gackt dejó escapar un suspiro cuando sintió mis manos trabajar su miembro sobre la ropa interior, el roce que le producía comenzó a excitarle. Mi lengua y boca terminaron dándole seguramente uno de los mejores orgasmos de su vida. Lo podía ver en su cara en cada expresión que hacía y los jadeos.

Nunca me sentí más poderoso que esa noche. Tenía a Gackt a mis pies…

Se volvió tan vulnerable, cuando me arrojó a la cama y le atraje hacia mí mirándole retadoramente su cuerpo ardía. Yo daba las órdenes, él las seguía fielmente.

No disfrutaba el sexo, pero mi gemidos acompañados de “más rápido…así…así!” lo tenían loco.

En ese momento pude ver hasta que grado podía alcanzar lo que deseara a través del sexo. En ese momento estaba orgulloso pero llegando a casa me sentí miserable.

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