martes, 27 de mayo de 2008

Lluvia

Los días pareces ser mejores, aun odio rodar de cama en cama como una muñeca sin dueño siendo profanado por manos y cuerpos que no disfruto, pero anhelo siempre el comienzo de un nuevo día porque eso implica que podré sentarme junto a Sakura y hablar de la vida.

Hoy fue la primera vez que me invitó a pasear fuera de la cafetería, dijo que tenía más tiempo libre y si me gustaría pasarlo con él, por supuesto que acepté. Caminamos hasta un parquecito remotamente escondido entre árboles de cerezo. Nos sentamos en una de las bancas y una vez ahí cuando comenzamos a conversar volvió a llamarme “gatito” pregunté enseguida el porque de ese apodo, esta vez sacando un cigarro de su traje y ofreciéndome uno me contestó “Porque eres como uno, pequeño, sigiloso, al mismo tiempo que solitario tierno, con mirada altiva más necesitado de compresión, capaz de atrapar a tu amo y hacerle sentir que le perteneces pero libre, eres como un gatito solitario vagando en un mundo al que le temes pero enfrentas porque así lo dicta la vida, más en el fondo lo único que buscas es una mano firme con un paraguas que te oculte de la lluvia” Llore como tonto ante sus palabras, y él…él me abrazó, me apretó contra su pecho y me acarició el cabello, me decía que estaba bien, que llorara, que le permitiera ser por un momento esa mano firme y ese paraguas.

No hay comentarios: