domingo, 25 de mayo de 2008

Reencuentro

Hoy seguía la rutina y me senté a dos mesas de la suya. Me gusta tanto su rostro, no se si sea la serenidad y al mismo tiempo dureza de sus expresiones, o el café oscuro de sus ojos, quizás sea la forma varonil de su quijada, los delgados labios e incluso el negro cabello. Lo que fuera, no puedo dejar de mirarlo.

Y hoy el se dio cuenta.

“No eres tú el amigo de Ken?” cuando le escuché a hablar bajando el periódico y mirándome el corazón se me hizo pequeño, me recordaba y por supuesto me relacionaba con Kitamura

“Si…” “Te gusta también este café?” Él había notado mi constante presencia desde hace ya semanas, me sentí patético, seguro que sospechaba que le seguía. Asentí y le pregunté si podía sentarme con él, aceptó.

Sakura es como el príncipe azul de mis sueños. Amable, chistoso, guapo, interesante. Cuando menos esperamos ya eran las 6:30.

Yo estaba encantado con su personalidad ahora más allá que con su fisonomía y creo que hubiese regresado a casa con una enorme sonrisa sino fuera por su ultimo comentario “Y porque vienes a tomar el café aquí? Me parece que los moteles quedan demasiado lejos de esta área. No?”

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